La violencia de género supone una vulneración de los derechos humanos y es también, como reconoce la propia OMS, un grave problema de salud pública, atendiendo a su prevalencia, a su impacto en la salud y a la respuesta que exige por parte de los servicios sanitarios. De acuerdo con los datos disponibles, se estima que casi la mitad de las mujeres expuestas a violencia de género buscan ayuda en los servicios sanitarios, principalmente en Atención Primaria – más de 7.000 fueron atendidas en la sanidad pública andaluza en 2019-. Los profesionales del ámbito sanitario tienen así una posición de privilegio para la detección y abordaje de este tipo de violencia, y esta certificación nace con el objetivo de apoyarles en esta labor.
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