Un accidente, un ahogamiento, o un incendio, son situaciones que, desgraciadamente, se suceden con regularidad. Saber actuar con rapidez y tenacidad puede salvar vidas y ser de gran apoyo para los servicios sanitarios.
Existen varias situaciones comunes que tienen diferentes métodos de actuación, sin embargo, lo más seguro en todos los casos es llamar a los servicios de emergencias para que los profesionales puedan evaluar los daños y afectados del incidente, así como la correcta actuación que debe realizarse.
A continuación, se explicarán algunos de estos casos y qué hacer en cuanto estos sucedan.
- Accidente de tráfico. Las regulaciones del Ministerio General de Tráfico, la presencia de las Fuerzas y Cuerpo de Seguridad del Estado, no son suficientes para frenar la sucesión de accidentes de nuestro país.
En un accidente automovilístico, lo primero que se debe hacer es evaluar la gravedad del caso, si hay heridos, no deben moverse si no se tienen los conocimientos necesarios para asistir al herido. Sólo se debe comprobar la respiración y frecuencia cardíaca del afectado, y a continuación, llamar a los servicios de emergencia y asegurar en la medida de lo posible la seguridad propia y la del entorno.
- Ahogamiento en niños. Una de las peores experiencias que los padres pueden vivir, es el peligro de asfixia que su pequeño puede sufrir. En estos casos, hay que actuar con rapidez, pues un bebé, no aguanta más unos minutos sin sufrir daños cerebrales y en el peor de los casos, la muerte.
Primeramente se debe llamar a los servicios de emergencia, estos atenderán rápidamente la llamada y darán las instrucciones adecuadas para salvar la vida del bebé. Aunque la situación es delicada, el control emocional es vital para proceder de forma correcta y realizar una buena escucha activa con los servicios de emergencia.
- Quemaduras. Unas heridas que dejan huella para toda la vida. La abrasión de la piel es difícil de curar, aunque la marca no sea agradable, lo más importante es mantener a salvo la vida de quien las sufre.
Lo primero es bajar la temperatura de la zona quemada con agua fría, en ningún caso se debe retirar la ropa del afectado, pues el riesgo de arrancar la piel al quitar la prenda es alto y esto empeoraría la situación. Seguidamente, hay que avisar a los servicios de emergencia y permanecer atento al damnificado.
- Infarto. Un ataque capaz de causar la muerte súbita. Es más común en personas mayores, pues son el grupo más débil en cuanto a salud debido a la edad y todo lo que conlleva el envejecimiento del cuerpo.
En este caso, vuelve a ser fundamental avisar a los servicios de emergencia y comprobar que la persona implicada respira y tiene latido. Sólo los profesionales tienen los métodos necesarios para hacer frente a una situación tan delicada que requiere de atención urgente.
Los accidentes domésticos, viales, casuales e imprevisibles pueden aparecer en cualquier momento y es nuestro deber como ciudadanos dar la ayuda necesaria y asistir los heridos, procurando mantenerlos con vida y a salvo.
URL fuente: